Por Lindsey Konkel
Atletas |
Según un nuevo estudio, los maratonistas que viajan en avión a una carrera podrían sufrir un aumento en los niveles de ciertas moléculas en sangre asociadas con la formación de coágulos.
Esto no significa que volar en avión cause la formación de coágulos en los atletas o que haya que evitar los aviones. Pero aporta una posible explicación de esa poco frecuente, pero misteriosa, aparición de coágulos en maratonistas sanos que viajan a una carrera.
"Parecería como que ambas actividades tendrían un efecto combinado cuando se unen", dijo Beth Parker, del Hospital Hartford, Connecticut.
Los coágulos se forman en las venas y son peligrosos si se rompen u obstruyen el flujo de sangre a los pulmones o el corazón.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que, cada año, uno o dos por cada 1.000 estadounidenses desarrollan un coágulo potencialmente fatal. Los adultos mayores y las personas con predisposición genética son los grupos de riesgo.
En el nuevo estudio, publicado en American Journal of Cardiology, el equipo de Parker extrajo muestras de sangre a 41 adultos sanos y no fumadores que participaron en la Maratón de Boston 2010.
Veintitrés vivían a más de cuatro horas de distancia en avión y 18 residían a dos horas de distancia en automóvil (grupo control). Las muestras se obtuvieron cuando los corredores llegaron a Boston, inmediatamente después de la carrera y al día siguiente, cuando los deportistas estaban en sus ciudades.
Después de regresar a casa, seis integrantes del grupo que había viajado en avión tenían niveles elevados de una sustancia llamada D-dimer, que se utiliza como una señal de riesgo de formación de coágulos. En cambio, ningún integrante del grupo control había sufrido ese efecto.
Por ahora, se desconoce el significado de este hallazgo, ya que ninguno de los atletas tenía síntomas de trombosis venosa profunda, como dolor o inflamación en las piernas, disnea o aceleración de los latidos.
El equipo halló también que los atletas mayores tenían niveles significativamente más altos de una sustancia inflamatoria de la sangre que podría estar asociada con el riesgo de sufrir un infarto, sin importar si habían o no viajado en avión.
Un experto ajeno al estudio aclaró que no está completamente demostrado que las moléculas que analizó el equipo permitan identificar a las personas con un aumento del riesgo de tener coágulos o enfermedad cardíaca.
"No permitiría que estos resultados alarmen a los corredores que viajan a las maratones", sostuvo por correo electrónico el doctor Kenneth Bauer, del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, en Boston.
Parker coincidió en que mientras la investigación sugiere que correr maratones y viajar en avión a los eventos podría aumentar levemente el riesgo de desarrollar coágulos o tener otros problemas cardiovasculares, los beneficios del atletismo superan ampliamente esos pequeños riesgos para la mayoría de las personas.
Algunas precauciones sencillas reducirían el riesgo de desarrollar coágulos mientras se viaja en avión, según dijo la doctora Mary Ann Bauman, directora médica de salud femenina de INTEGRIS Salud, en la ciudad de Oklahoma.
Sus recomendaciones incluyen la hidratación, el uso de ropa holgada y no permanecer con las piernas cruzadas durante períodos prolongados. Indicó que caminar por la cabina cada una o dos horas y usar medias de compresión también ayudan.
Uno de los coautores integra los paneles de consultores de AstraZeneca, que produce el fármaco para reducir el colesterol Crestor, y de otras empresas de la industria que fabrican medicamentos para el corazón.
Fuente: The American Journal of Cardiology, online 20 de febrero del 2012.
Traducción: Publico.es
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